Ruffec's Mayor with the local dealer Vertu 42

La ciudad de Ruffec (Charente) tiene un complejo deportivo compartido por varios organismos: Stade Ruffecois (fútbol), Ruffec Athletic Club (rugby) y Collège Val de Charente. Estas 3 entidades comparten los 3 campos y 2 anexos que constituyen el complejo deportivo.

El mantenimiento de estos 38 000 m² de terreno constituye un verdadero reto para la ciudad, dadas las exigencias de los usuarios, la elevada tasa de ocupación, la necesidad de ahorrar dinero para el municipio y las molestias causadas por la siega tradicional, sobre todo en términos de contaminación acústica.

¿Cómo se superan estos múltiples retos? ¡Con un robot cortacésped!

Como distribuidor local, Vertu 42 es plenamente consciente de las necesidades y limitaciones y, tras estudiar el caso, ha encontrado una solución a medida para superar cada uno de los retos, y todo con un único robot: el BM-2050.

 

Primer reto: tener cubierto el complejo deportivo al completo

38 000 m² de césped en dos niveles pueden hacer sudar la gota gorda a algunos robots. Pero con sus 5 cabezales de corte, 103 cm de anchura de corte y un potente motor capaz de trabajar en pendientes de hasta un 40 %, el BM-2050 no tiene nada que temer. Y gracias a Wisenav®, su capacidad de siega cubre hasta 75 000 m².

Con las zonas de tránsito entre los campos y unas zonas de siega perfectamente configuradas por el técnico, se ha superado fácilmente el reto, confirmándose así que un solo robot podía cubrir todo el complejo. Esto contribuye a reducir los costes de instalación y mantenimiento. Un único robot, una única estación de carga = un mantenimiento menos exigente para los trabajadores de la ciudad.

Segundo reto: hacer malabares con la ocupación del terreno

Con dos clubes deportivos que juegan a nivel regional y un centro de educación secundaria, el calendario está lleno y muchas franjas horarias no están disponibles para la siega.

Aquí es donde entra en juego la experiencia de los técnicos: gracias a su profundo conocimiento del robot y a su relación a nivel local con el ayuntamiento, fue posible elaborar un calendario de trabajo global. Todo ello teniendo en cuenta otra limitación: la seguridad.

Como la seguridad de los alumnos es obviamente innegociable, el técnico ha configurado el robot y sus zonas de tránsito para que se mueva por puntos precisos cuando vaya de un sitio a otro. De este modo, el robot puede trabajar con total seguridad, sin el riesgo de encontrarse con los usuarios de los terrenos.

 

Tercer reto: cumplir los requisitos de los usuarios… ¡y de los vecinos!

La altura de siega y la frecuencia no son las mismas para cada usuario: si el club de fútbol quiere una altura de siega de 40 mm, el de rugby prefiere una altura de corte de 45 mm. Con alturas ajustables de 20 mm a 100 mm, cada zona se siega según las necesidades de los usuarios. Y gracias al mulching y a la siega frecuente, los usuarios se beneficiarán a largo plazo de una mejor calidad, céspedes más resilientes y menos lesiones relacionadas con el deterioro del terreno.

Los vecinos, al igual que los usuarios, también se beneficiarán de la instalación del robot. ¿De qué manera? ¡Reduciendo la contaminación acústica!

Todo el mundo ha experimentado alguna vez la contaminación acústica asociada al uso de cortacéspedes tradicionales:

  • para los jugadores, dificultad para concentrarse y escuchar las instrucciones de los entrenadores.
  • Para los residentes, dificultad para disfrutar de la paz y la tranquilidad en el jardín o al abrir las ventanas del salón. Por no hablar del descanso que necesitan los niños pequeños, que puede verse interrumpido por el desagradable ruido de un cortacésped tradicional.

 

¡Todo eso se ha acabado con el robot! Gracias a su diseño que absorbe las vibraciones y a sus 5 motores eléctricos que funcionan a 3000 rpm, la siega es continua y sin sacudidas. El BM-2050 funciona con un nivel de ruido equivalente al de una conversación normal, muy inferior al de un cortacésped de gasolina. Y puede despedirse de los humos de la gasolina, una experiencia de lo más agradable.

 

Cuarto reto: ahorrar dinero

El ayuntamiento ha hecho cuentas: entre la compra, el mantenimiento y la mano de obra, el uso de un robot Belrobotics le ahorra 110 000 euros en 5 años. Suficiente como para permitir al municipio invertir en otros proyectos.

Pero el ahorro no se queda ahí, también es a largo plazo para los trabajadores de la ciudad. Al limitar el número de accidentes relacionados con el uso de maquinaria pesada de combustión, así como los trastornos musculoesqueléticos (que pueden repercutir negativamente en la calidad de vida), los empleados de la ciudad salen ganando:

  • tiempo, ya que pueden centrarse en tareas con mayor valor añadido
  • calidad de vida

 

Conclusión: una solución sostenible e innovadora para Ruffec

La instalación del robot cortacésped BM-2050 en el complejo deportivo Ruffec es un ejemplo perfecto de cómo la innovación puede dar una respuesta eficaz a los retos a los que se enfrentan las autoridades locales. Gracias a una gestión optimizada, esta elección tecnológica no solo garantiza una siega de calidad adaptada a las necesidades de los usuarios, sino que también reduce la contaminación acústica, optimiza el uso del terreno y genera ahorros sustanciales a largo plazo.

Este proyecto, llevado a cabo por el distribuidor local Vertu 42, demuestra que las soluciones automatizadas bien pensadas e integradas ofrecen importantes ventajas tanto a las autoridades locales como a los usuarios y residentes. Un magnífico ejemplo de modernización al servicio del deporte, el confort y el medio ambiente.

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